Quizás exagero, y no todo es incierto. Sí sabemos que el candidato por Proyecto Dignidad para la alcaldía de Ponce es Rafael González Pratts. Más allá de eso, todo es incertidumbre. Pero regresemos con Dignidad ya mismo.
A aproximadamente 100 días de las primarias de ley, estas se perfilan como una papeleta inundada de nuevos aspirantes, candidatos de agua y políticos que llevan líos legales en sus costillas, junto con una alianza no tan alianzada.
Al día de hoy, comenzando con el partido en el poder, el Partido Popular Democrático (PPD), el candidato para la alcaldía es incierto. Por un lado, el alcalde electo y suspendido desde el 1 de noviembre del año pasado, está haciendo campaña para la reelección. Y, aunque no ha sido juzgado por cuatro delitos de corrupción durante la campaña, parece haber firmado un acuerdo que lo inhabilita de aspirar si su caso no se ve antes del 1 de marzo. No obstante, Luis M. Irizarry Pabón, quien ganó abrumadoramente en el 2020, continúa visitando altares populares buscando apoyo. Lo que parecería que no tiene ninguna intención de hacer valer el acuerdo firmado aquel día. Por su parte, Ángel “Tito” Fourquet, representante a la Cámara por Ponce, observa detenidamente qué hace el liderato del Partido en los próximos días para ver si se mueve del 61 al palacio de la calle Villa frente a la Plaza Las Delicias.
Por su parte, la vicealcaldesa Marlese Sifre ha logrado, en tres meses, que los ponceños se olviden de que tienen un alcalde acusado, dándole a la gente fiesta y baile del más alto nivel.
Usando fondos federales, los ARPA, Ponce ha disfrutado de un derroche de talento artístico en los últimos 3 meses que aliviaron las penas un poco de una ciudad manchada por una administración que no ha podido culminar un solo proyecto de envergadura de aquellos afectados por los desastres naturales que sufrió la Ciudad desde 2017.
Del otro lado de la Plaza, los tres reyes magos del Partido Nuevo Progresista, Pablo, Jorge y Marcos, estuvieron ocupados con los endosos y la recolección de fondos para sus respectivas campañas.
Faltando 100 días, el presidente del PNP, el licenciado Pablo Colón Santiago, está de maratones, almuerzos y bohemias para recaudar fondos de una campaña grande y ostentosa. Al parecer, eso no le ha dejado tiempo para la fiscalización.
Otro de los aspirantes, el licenciado Marcos Marcucci, parece moverse mejor que en pasados meses. Por la ciudad se escuchan guaguas de sonido con su “jingle” y se le ve muy activo en las redes sociales y comunidades. Marcucci se ha dedicado puntualmente a atender problemas de la Ciudad y levantar su voz de alerta, incluyendo soluciones para ellos.
De igual forma, el ingeniero Jorge “JC” Colón sigue moviéndose fuertemente en el norte de la Ciudad asegurando que será un contendor en la primaria de junio. Hace unos días, Colón Nazario tronó en las redes sociales cuestionando el uso de cerca de un millón de dólares para las fiestas patronales y carnaval de la Ciudad. Lamentablemente, parece ser una voz en el desierto.
No obstante, todos habiendo cumplido con sus endosos, que no es nada fácil, se encaminan a una elección tan interesante como la de los populares.
Entonces está la “alianza”. Juntos pero no revueltos parece ser el lema de la unión entre el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) y el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP).
En Ponce, según cuentan, había un pre-acuerdo de que presentarían un candidato unificado para la posición de alcalde. Y, aunque nunca se dijo oficialmente quién sería o de qué partido, el anuncio de José Hernández Lázaro para el 61 dejó vacante la posición para alcalde por esa colectividad.
El PIP, que lleva muchos años en estas lides, fué y escogió en diciembre al profesor José Victor Madera como su candidato a alcalde. Del otro lado, los victoriosos parecían apoyar al candidato verde. Al menos, el directorio del PIP pensó eso.
Pero el 12 de diciembre, aparece el arquitecto Javier Bonnin, flanqueado de Manuel Natal y Hernández Lázaro anunciando que iría a las elecciones como el candidato a la alcaldía por el Movimiento, cosa que tomó por sorpresa a algunos independentistas que esperaban el mismo apoyo que ellos brindaron a Hernández Lázaro semanas antes. Así, desilusionados y confundidos, están los dos partidos que desean, más que nada, eliminar el bipartidismo.
Entonces están los chicos de Proyecto Dignidad que parecen estar organizados y se ve en sus ejecutorias. Como un equipo de baloncesto parecen todos atacar el canasto. Cada cual ya tiene su posición y su meta. Se reúnen todos los fines de semana a trabajar en alguna necesidad comunitaria y aprovechan cada oportunidad para llevar su mensaje, el mensaje de… no sabemos cuál es el mensaje.
La mayoría de las personas piensan que son un grupo de religiosos… pero no lo son. Algunos piensan que son penepés molestos… pero no lo son, entonces van a tener que aclarar exactamente cuál es su mensaje porque después de todo solo faltan 100 días para las primarias.
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