El sector Mameyes en Ponce, Puerto Rico, tiene una historia trágica cuando en 1985 tras unas lluvias torrenciales un deslizamiento de tierra sepultó a la comunidad ocasionando la destrucción de viviendas y la muerte de cientos de personas. Sin embargo, hoy en día, la administración de la alcaldesa interina, Marlese Sifre Rodríguez ha realizado una serie de esfuerzos para honrar a las víctimas del trágico suceso, a la vez que recuerda la rica historia de la que fuera una de las comunidades más icónicas y vibrantes de su tiempo, insertando a los visitantes que buscan comprender más sobre su pasado.
Aunque Mameyes no se ha convertido en un típico "atractivo turístico" en el sentido tradicional, hay un interés cultural e histórico relacionado con la tragedia. La historia del deslave de Mameyes sirve como un recordatorio de la vulnerabilidad de ciertas zonas a desastres naturales y las lecciones aprendidas en términos de planificación urbana y la preservación de vidas humanas. Por tal razón, a través de la Oficina de Turismo Municipal de Ponce se ha añadido a este sector como uno de los lugares a visitar dentro de lo que ofrece el recorrido de City of Rum.
Uno de los retos que han enfrentado otras administraciones municipales, ha sido con relación al mantenimiento del memorial. Es una zona de terreno extensa y boscosa que en el pasado solamente se limpiaba y acondicionaba para el mes de octubre. Eso ha quedado atrás con el acuerdo que suscribió el Municipio de Ponce con el Patronato del Castillo Serrallés, añadiendo este atractivo a su cartera de ofrecimientos turísticos. Al lograr la adopción de esta área, la administración municipal se asegura del continuo mantenimiento, la preservación y el respeto por el memorial, a la vez que se exhibe la joya arquitectónica del Acueducto Alfonso XII. Es sumamente interesante conocer su integración con la comunidad de Mameyes, el peculiar método del financiamiento para su construcción y su propósito como herramienta de desarrollo urbano en el Ponce del siglo 18. otra parte de la historia ponceña que no es la tradicional.
“Estamos sumamente contentos con todo el trabajo y el compromiso de nuestros empleados municipales por habilitar este memorial y sus áreas adyacentes. Las personas que vivían allí, las figuras que se criaron allí y aportaron a Ponce, el desastre, el acueducto, todo merece ser recordado y contado a las nuevas generaciones. Por eso no escatimamos en esfuerzo para acondicionar y preparar este punto de interés turístico. El desastre de Mameyes fue un evento que dejó una huella permanente en la memoria colectiva de los puertorriqueños y una profunda cicatriz en el corazón de todos los ponceños. El dolor de Mameyes sigue siendo una lección de fortaleza, resiliencia y marcó la necesidad de mantener la solidaridad ante las adversidades. En este contexto, los proyectos culturales, educativos y conmemorativos dentro de este sector podrían ayudar a convertir la historia de Mameyes en un referente indispensable para quienes buscan aprender sobre la superación de una comunidad ante de otro tipo de desastre natural en Puerto Rico, más allá de los huracanes”, expresó Sifre.
Comments