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Writer's pictureEl Vigia

Expresiones de la Vicealcaldesa de Ponce Marlese Sifre sobre la transformación Albergue de Animales

“Es lamentable que, precisamente las personas que mal utilizaron y dejaron nuestro Albergue de Animales en las peores condiciones posibles, estén utilizando un problema de salud pública nacional, como lo es el abandono de mascotas y las condiciones en que ellos mismos dejaron el Albergue para arremeter contra la gestión de nuestro Alcalde y su administración municipal. Queda claro que su agenda, lejos de ser en pro del bienestar de los animales y de la ciudadanía, es otra. Ante sus expresiones, tenga obligación de, no solo defender nuestra gestión, sino de recordarles que fue el pueblo de Ponce que en Vistas Públicas en la Legislatura Municipal exigió que se cancelara el contrato con ellos por la práctica de eutanasia contra animales, de forma cuestionable.


De igual manera, me parece importante que nuestro pueblo sepa que, luego de cancelado el contrato, estas mismas personas se llevaron todo el equipo del Albergue, incluyendo el número de teléfono, por lo que nos hemos visto en la urgencia de adquirir nuevo equipo y gestionar una nueva línea, razón por la cual los ciudadanos se siguen comunicando con ellos y no por referido del Municipio como alegan. También se llevaron el inventario de alimentos y medicinas, costo que tuvo que asumir el Municipio de golpe. No dejaron expediente médico de ninguno de los cientos de animalitos que tenían en el Albergue, ni de otros atendidos clínicamente. Y nos dejaron más de un centenar de animalitos enfermos, desnutridos y con una epidemia de “distemper”, mezclados con la población cuando lo correcto habría sido colocarlos en cuarentena. La realidad es que, por la negligencia de las personas que hoy se expresan, el Municipio se vio en la urgencia de comenzar, desde cero, la transformación del Albergue de Animales; declarar un Estado de Emergencia por los casos de “distemper” e iniciar un proceso de rehabilitación y estabilización clínica con varios veterinarios, entre los que estuvo y nos auxilió el Presidente del Colegio de Médicos Veterinarios de Puerto Rico, el Dr. Francisco E. Meléndez Ramírez, así como entidades en pro del bienestar animal, como MOSBA, Human Society, Sato Orgullo Patrio y The Foster Club. Nosotros nos hemos dedicado en cuerpo y alma a poner en condiciones el Albergue y a salvaguardar la vida de los animalitos que ellos dejaron a la deriva, sin esperanza, en espera de eutanasia segura, según sus cuestionables prácticas.

Lamentablemente, para los antiguos administradores del albergue era fácil recoger animales porque se lucraban cobrándoles a los ciudadanos una cuota por recogerlos y otra por la eutanasia. ¡Una atrocidad! Esta y muchas otras prácticas cuestionables surgen del Informe que rindió la Legislatura Municipal al Alcalde como resultado de las Vistas Públicas a las que acudieron rescatistas, profesionales y pet lovers. Además, como resultado de una AUDITORÍA que se aneja para lectura y beneficio de todos. Más allá de hacer expresiones públicas al respecto, nuestra prioridad y misión ha sido poner el Albergue en condiciones para dar un servicio de excelencia a la ciudadanía y, a la vez, darle una oportunidad de vida a cientos de animalitos que ellos abandonaron.

Es importante también que la ciudadanía tenga claro que otro aspecto que exacerba el auge de animales domésticos realengos es el abandono indiscriminado de mascotas sin esterilizar; la tenencia de animales domésticos en condiciones de hacinamiento, sin los cuidados, esterilización y vacunas correspondientes y que es un aspecto que le compete a los guardianes como parte de su responsabilidad social; la escasez de santuarios de animales; la escasez de médicos veterinarios disponibles para atender la alta población de mascotas y el alza en los costos de los medicamentos y servicios, aspectos que hacen inaccesible los mismos a muchos guardianes de animales quienes terminan optando por abandonarlos e incluso se hace inaccesible para los municipios lograr ofrecer servicios a bajo costo, como es nuestro norte. No todo es responsabilidad de los gobiernos municipales, los animales realengos no llegan solos a la calle. A diario, se allegan dueños al Albergue quienes llevan sus perros para abandonarlos porque ya no pueden tenerlos. Tenemos que ser conscientes de que cuando adoptamos una mascota no estamos comprando un juguete para nuestros hijos o un mueble, estamos hablando de una vida que debe ser respetada y protegida, y para lo cual un dueño responsable debió considerar los gastos, los inconvenientes, el espacio en su casa y la calidad de vida que podía o no darle a su mascota antes de adoptarlo o recogerlo de la calle. No son sacos de basura que se mueven de un lugar a otro o se dejan tirados en la calle para que el Gobierno se ocupe. Que quede claro que los dueños de animales también tienen una responsabilidad legal, así como para aquellos que los abandonan a su suerte en las calles según establecido en la Ley 154 de Bienestar Animal de Puerto Rico.

El Albergue de Animales de Ponce no cuenta con la cabida suficiente para albergar los cientos de perros y gatos realengos en la ciudad, por lo que nuestra prioridad es dar en adopción los que ya estabilizamos y están saludables para ir haciendo el espacio para cumplir con los reclamos y necesidades del pueblo. Para ello, estamos trabajando en un proceso de adopción grande y responsable para vaciar el Albergue. Tan relevante es esta situación que el Albergue de Animales pasará a ser un Programa Especial, adscrito a la Oficina de la Vicealcaldesa. Con esta misión en mente y en alianzas con diversas organizaciones, comenzamos a coordinar ferias de vacunación comunitarias a bajo costo. Preparamos un Reglamento de Operación con las disposiciones y protocolos requeridos para los Albergues que muy pronto se presentará ante la Legislatura Municipal. Este documento está acorde con la Guía Internacional para el Diseño y Manejo de un Albergue de Animales publicado por RSPCA, así como el Guideline for Standards of Care in Animal Shelter de la Association of Shelter Veterinarians, y otros reglamentos a fines de Puerto Rico. Por primera vez, el Albergue cuenta con un permiso de operación. Incluso, atendimos el problema del pozo séptico mediante un proyecto de conexión pluvial junto a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados, después de que por más de una década las aguas negras inundaban la zona, afectando las comunidades aledañas.

Este es un problema que hay que atender de manera interagencial, estableciendo alianzas y mecanismos para lograr, no solo un gran movimiento de país encaminado a la esterilización y recogido, sino hacer valer las disposiciones de ley vigentes. El gobierno tiene que ser parte de la solución. Es con esa visión como norte que nos hemos estado reuniendo y entablando diálogos con rescatistas, entidades sin fines de lucro, universidades, santuarios localizados incluso en otros municipios, la Unidad de Bienestar Animal de la Policía de Puerto Rico, entre otros.

En el Albergue de Animales de Ponce hoy día todos son técnicos veterinarios y siguen adiestrándose en su campo. Estamos identificando espacios, terrenos, estructuras para acondicionarlas y establecer alianzas con rescatistas para que puedan cuidar de los animalitos mientras consigue viajes y/o adopciones para ubicarlos. En el Albergue separamos un espacio donde las rescatistas ubican a las hembras luego de esterilizarlas. Estas conversaciones son constantes y el trabajo no se hace de un día para otro. Estos acuerdos nos permiten tener las garras y las herramientas necesarias para trabajar en conjunto, en equipo con nuestras rescatistas quienes reconocemos y respetamos por la labor encomiable que realizan.

En tan solo seis (6) meses logramos cambios de visión y de misión. Hemos trabajado para que el nuestro sea un Albergue justo, donde se cumpla con la ley, reglamentos y protocolos y, sobre todo, con compasión, porque no somos los mismos.


A los ponceños les suplico que nos ayuden en esta misión de amor; que nos ayuden a educar, a concienciar que los perros y gatos no se abandonan porque son seres vivos que dependen de nosotros para todo. ¡Esa es la misión que nos mueve!


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