A escasamente 21 días de las elecciones generales, la alcaldesa interina anunció su plan de gobierno, hablando de regionalización, y adoptando, por referencia, el plan de gobierno del Partido Popular Democrático.
Por primera vez escuchamos a la señora Marlese Sifre hablar de nuestros ancianos; de la necesidad de vivienda asequible; de los estorbos públicos; de la necesidad de salud en nuestro pueblo; de la educación y de seguridad, todo cuyos aspectos debieron ser prioridad de la administración que ella encabezó como vice alcaldesa desde enero de 2021.
Bajo la administración popular Ponce ha sido una ciudad de prioridades invertidas. Antes de dirigir su mirada a recibimientos de celebridades, fiestas y jolgorios, la señora Sifre, con dinero a manos llenas, debió atender a todo lo que dice ahora que atenderá en el próximo cuatrenio.
En su elocución, la señora Sifre olvidó hablar, en primera persona, de nuestros campos; de la necesidad imperiosa de llevar a término la reconstrucción y rehabilitación de nuestra ciudad; de nuestros jóvenes; de las facilidades deportivas en deterioro; de nuestra cultura desapercibida por completo; de desarrollo económico; del apoyo a nuestros agricultores; del desarrollo de una económica sólida y sustentable; del desarrollo del puerto y del aeropuerto y de la necesidad de una administración municipal sana, efectiva, dinámica y transparente.
Después de la demostración de organización y de fortaleza que ha hecho nuestro partido en Ponce, el acto que se condujo hoy en nuestra ciudad, es un fallido intento por salvar un barco encaminado a zozobrar por falta de dirección y de un norte definido. El PDD en Ponce y en todo Puerto Rico es un paciente entubado, con muerte cerebral.
En una sola cosa coincido con el discurso de los “líderes” populares, en el curso del aludido acto: “Para levantar a Ponce y a Puerto Rico se necesita el equipo completo”. Un equipo completo solo se puede lograr votando íntegro bajo la Palma el 5 de noviembre de 2024.
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