Al acercarse el vigésimo aniversario, residentes de Puerto Rico reflexionan sobre el impacto que tuvo la sentencia histórica del 2002 del Tribunal Supremo
Aunque los testigos de Jehová decidieron suspender temporalmente su ministerio de casa en casa debido a la pandemia, esta faceta de su obra estuvo a punto de ser prohibida permanentemente en un pueblo pequeño de Estados Unidos a finales de los años noventa.
Eso fue hasta que el Tribunal Supremo de Estados Unidos intervino con una histórica decisión de ocho votos contra uno el 17 de junio de 2002, en la que declaró inconstitucional la ordenanza local. A medida que se acerca el vigésimo aniversario de esta decisión que sentó precedentes, algunos testigos en Puerto Rico se imaginan cómo sería su vida si uno de sus vecinos no hubiera tocado a su puerta para impartirles el mensaje que les cambiaría la vida. Los eruditos de la Constitución se maravillan del profundo impacto que ha tenido esta decisión sobre la libertad de expresión para todos, y así concuerdan con la opinión del magistrado Antonin Scalia, quien dijo sobre el caso, “La demanda de libertad de expresión exonera a todos, gracias a los testigos de Jehová”.
"Mi vida era un desastre, pero esa primera vez que una testigo de Jehová tocó a mi puerta resultó ser la mayor bendición de todas", dijo con ojos llorosos Iraida Ríos de Aguada. Ese día fue el comienzo de una nueva vida para ella. Dejó de ser atea y cambió su actitud rebelde. "Cuando recuerdo cómo era mi vida en esa época, pude haber terminado siendo una estadística más en un reporte de noticias", admite. "Estoy realmente agradecida por todo lo que Dios ha hecho por mí. Dios me ayudó a cambiar para bien".
La decisión del 2002 del Tribunal Supremo en el caso Watchtower vs. Village of Stratton ratificó que la ordenanza local de Stratton (Ohio), que exigía obtener una licencia para tocar las puertas, violaba los derechos de cualquier persona que quisiera ejercer su derecho a la libertad de expresión con su vecino, incluso a los testigos de Jehová que participan en la predicación de casa en casa. El Tribunal revocó los fallos de los dos tribunales inferiores que dieron lugar a la ordenanza, y así abrió el camino para que todos los ciudadanos pudieran dialogar abiertamente con sus vecinos sobre muchos temas, incluyendo asuntos medioambientales, sociales, políticos o educativos.
“Al contemplar en retrospección las dos décadas transcurridas desde dicha decisión, se ve claramente el vasto impacto que el caso Watchtower vs. Stratton ha tenido en la libertad de expresión para todos —explicó Josh McDaniel, director del Religious Freedom Clinic de la Escuela de Derecho Harvard—. Esta es apenas la más reciente de unas 50 victorias de los testigos de Jehová en el Tribunal Supremo que han contribuido a establecer y ampliar la jurisprudencia de la Primera Enmienda a lo largo del siglo pasado”.
El pueblo de Stratton se convirtió en foco de polémica en 1998, cuando el alcalde personalmente se enfrentó con cuatro testigos de Jehová que salían del pueblo en su automóvil tras haber visitado a uno de los residentes. Posteriormente, el pueblo adoptó la ordenanza municipal “Regulating Uninvited Peddling and Solicitation Upon Private Property” la cual establecía que toda persona que deseara participar en una actividad de puerta en puerta debía obtener un permiso del alcalde o exponerse al encarcelamiento. Los testigos de Jehová consideraron esta normativa una violación a la libertad de expresión, de prensa y de religión. Por consiguiente, como el Ayuntamiento se negó a modificarla, interpusieron una demanda ante un tribunal federal.
“Nuestro motivo para iniciar el caso era claro: Queríamos remover cualquier obstáculo que pudiera entorpecer el cumplimiento de nuestra obligación bíblica de predicar las buenas noticias del Reino —comentó Robert Hendriks, portavoz de los testigos de Jehová en Estados Unidos—. Determinar que es un delito hablar con un vecino sin tenerla aprobación del gobierno es ofensivo para muchas personas, pero especialmente para Dios, quien mandó a los cristianos a predicar el evangelio”.
Aunque la familia Ríos mantiene un ministerio productivo escribiendo cartas y haciendo llamadas telefónicas y visitas virtuales, espera con entusiasmo volver a tocar a las puertas. "Estoy ansiosa de que comience la predicación de casa en casa", dijo Iraida. "Realmente la extraño".
“Estamos agradecidos de que tenemos el derecho legal de participar en la predicación de puerta en puerta —afirmó Hendriks—. En el momento apropiado y cuando las condiciones sean seguras, esperamos volver a visitar a nuestros vecinos en persona nuevamente".
Esta victoria es una de las más de 250 decisiones en casos que los testigos de Jehová han presentado en los tribunales superiores de todo el mundo que han ampliado los derechos de personas de todas las confesiones religiosas. “Es difícil señalar una organización, mucho menos una organización religiosa, que haya tenido un impacto tan profundo en la formación de la jurisprudencia constitucional durante muchas décadas en el Tribunal Supremo", dijo el profesor McDaniel de Harvard.
Para más información sobre el caso de Stratton, visite www.jw.org y escriba Stratton en el campo de búsqueda.
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